Origen de la creencia: ¿De dónde surge la idea?
La creencia popular de que "cuando un perro aúlla, alguien muere" tiene raíces ancestrales, vinculadas al misticismo y la superstición. En diversas culturas, el aullido del perro ha sido interpretado como un presagio de muerte o desgracia. Estas ideas se remontan a épocas en las que la ciencia y la etología canina eran desconocidas, y la observación empírica llevaba a atribuir significados sobrenaturales a comportamientos animales.
Estas historias folclóricas se transmitieron de generación en generación, forjando la creencia actual que, aunque carece de base científica, sigue latente en el imaginario colectivo.
El significado del aullido en perros
El aullido es una forma de comunicación vocal utilizada por los perros (y sus ancestros, los lobos) para transmitir información a distancia. Entre las posibles razones por las que un perro aúlla se encuentran:
- Reunión con la manada: Llamar la atención de otros perros o personas ausentes.
- Respuesta a sonidos agudos: Sirenas, música o aullidos de otros canes pueden detonar el aullido.
- Estrés, ansiedad o aburrimiento: Algunos perros aúllan para expresar malestar emocional o falta de estimulación.
- Dolor o enfermedad: Un perro con malestar físico podría aullar para manifestar su incomodidad.
El aullido, por tanto, no está específicamente vinculado a la muerte humana, sino a una función de comunicación y respuesta a estímulos internos o externos.
Aspecto cultural y supersticiones: variaciones según la región
La interpretación del aullido del perro como un anuncio de muerte es más intensa en algunas culturas que en otras. En ciertas regiones rurales de América Latina o Europa, se cree que el aullido prolongado y lastimero de un perro al anochecer vaticina la muerte de alguien cercano.
En otras culturas, el aullido puede entenderse como una simple señal de inquietud. Las supersticiones varían, pero en la mayoría de los casos, la ciencia y la observación etológica no respaldan estas creencias. Pese a ello, estas interpretaciones persisten, alimentadas por la tradición oral y el temor a lo desconocido.
El olfato y la percepción sensorial del perro ante la muerte
Si bien no hay evidencia de que un perro sepa que alguien morirá, su olfato prodigioso y su sensibilidad sensorial podrían captar sutiles cambios en el ambiente o incluso en las personas enfermas o próximas a fallecer. Se ha documentado que algunos perros de terapia o asistencia en hospitales reaccionan de forma inusual ante pacientes en estado terminal, lo que podría interpretarse erróneamente como "intuir la muerte".
Sin embargo, estas conductas caninas no implican conocimiento sobre la muerte, sino respuesta a señales orgánicas, químicas u olfativas que el perro detecta y a las que reacciona, sin un entendimiento conceptual de la muerte como los humanos la concebimos.
¿Existe una explicación científica?
La ciencia no avala la idea de que un perro aúlle específicamente como alerta a una inminente muerte humana. Las razones del aullido, como se explicó, son comunicativas o reactivas a estímulos concretos.
Si un perro aúlla en el momento o cerca del fallecimiento de alguien, puede ser mera coincidencia. La mente humana tiende a buscar patrones y significados, sobre todo en momentos de dolor o incertidumbre. Así, la correlación entre el aullido y la muerte puede terminar interpretándose falsamente como causalidad.
Comportamiento canino, estrés y aullido: el punto de vista etológico
Desde un enfoque etológico, el aullido responde a una necesidad de conexión social, liberación de estrés o respuesta a un estímulo auditivo concreto. Si el perro aúlla tras un suceso trágico, podría estar reaccionando al ambiente cargado de tensión, llantos o cambios emocionales en la familia, más que a la muerte en sí.
Los perros son muy sensibles a las emociones humanas. Un perro que vive en un hogar donde alguien ha muerto puede percibir el dolor, la tristeza y el estrés de los miembros de la familia. Su aullido podría ser un reflejo de empatía ante la situación, una forma de responder al estado emocional del entorno.
Consejos prácticos: ¿Qué hacer si mi perro aúlla tras una pérdida?
Si tu perro aúlla justo después de un fallecimiento en la familia, considera lo siguiente:
- Mantener la calma: Tu perro absorbe la energía del hogar. Si mantienes un tono sosegado y muestras afecto, reducirá su ansiedad.
- Proporcionar seguridad: Crear un espacio tranquilo, con su cama, juguetes o una prenda con tu olor, puede darle la contención que necesita.
- Ofrecer rutinas estables: Seguir paseos a la misma hora, mantener horarios de comida y sesión de juegos cortos. Esto le da predictibilidad y reduce el estrés.
- Evitar castigos: Si aúlla, no lo regañes. Intenta entender su motivación, ofrécele distracción positiva o simplemente acompáñalo en su malestar.
Entrenamiento, obediencia y modificación de conducta
Como profesional en el adiestramiento canino, he encontrado casos donde el aullido excesivo preocupa a los dueños. Aunque la muerte de alguien no sea la causa directa, el estado emocional del hogar puede influir en el perro. En estos casos, un plan de modificación de conducta puede ser útil si el aullido se convierte en un hábito perjudicial.
He trabajado con perros en situaciones de estrés tras la pérdida de un miembro de la familia. Con paciencia, refuerzo positivo y técnicas de desensibilización, muchos han aprendido a canalizar su ansiedad de otras maneras, ya sea enfocándose en juguetes interactivos, tareas sencillas de obediencia o simplemente recibiendo mayor atención y caricias.
La clave es no reforzar el aullido involuntariamente: evitar consolarlo excesivamente en el preciso momento del aullido, sino esperar a que se calme para premiar el silencio. Por otro lado, ofrecerle estímulos positivos (un juego breve, una golosina saludable) cuando está tranquilo, asocia el silencio y la calma con recompensas, reduciendo gradualmente la necesidad de aullar.
Mitos, estigmas y realidades
Veamos algunos mitos arraigados y la verdad tras ellos:
- "Aullar es señal infalible de muerte inminente": Mito. El aullido puede coincidir con una pérdida, pero no la predice.
- "El perro siente el espíritu o alma": Mito. Si bien son muy sensibles, no hay evidencia de percepciones sobrenaturales. Su sensibilidad se basa en olores, sonidos y energía ambiental, no en entidades metafísicas.
- "El aullido es agresión o mal presagio": Mito. El aullido es comunicación. Un perro que aúlla no necesariamente está agresivo o anunciando un mal final.
Conocer las realidades etológicas y emocionales del perro ayuda a superar el miedo a estas supersticiones y a entender al animal desde la empatía y el conocimiento.
Recursos, apoyo y consultas especializadas
Si la conducta de aullido en tu perro resulta problemática o hay un contexto de estrés tras una pérdida, cuentas con diversas fuentes de apoyo:
- Veterinarios: Pueden descartar problemas de salud que incrementen la irritabilidad o la ansiedad.
- Etólogos y adiestradores caninos certificados: Profesionales que pueden diseñar un plan de modificación de conducta ajustado a la situación.
- Comunidades en línea y foros: Otros dueños que han pasado por experiencias similares pueden compartir consejos y empatía.
- Literatura especializada: Libros, artículos científicos y blogs de expertos brindan información fundamentada en evidencia.
La combinación de asesoría profesional, recursos fiables y apoyo social facilita abordar el problema del aullido desde múltiples enfoques.
Conclusión
Desde mi experiencia profesional como adiestrador canino, he sido testigo de la fuerza de las creencias populares que rodean el aullido del perro en relación con la muerte. Sin embargo, en todos los casos que he evaluado, el aullido se explicó mejor por factores emocionales, estímulos auditivos, estados de estrés o, simplemente, por la respuesta del perro al ambiente cargado de emociones humanas tras una pérdida.
He visto cómo mediante el refuerzo positivo, la empatía y la comprensión del lenguaje canino, es posible enseñar a un perro más ansioso o sensible a canalizar su energía y expresar su malestar de formas menos inquietantes. De esta manera, se pueden modificar comportamientos que generan tensión en la familia, mejorando la calidad de vida del animal y fortaleciendo el vínculo afectivo.
En definitiva, no hay evidencia real de que el aullido canino anuncie la muerte de alguien. Si un perro aúlla cuando alguien muere, seguramente responde a las dinámicas emocionales del momento, al dolor y la confusión en el ambiente, o a un estímulo externo casual. Superar mitos y supersticiones permite apreciar al perro por lo que es: un ser sensible, empático y noble, con una comunicación compleja que merece ser entendida desde el conocimiento, la ciencia y el amor incondicional.
Por J. Blesa
